jueves, 26 de febrero de 2009
Trabajo Inutil del humano (2)
Una de las primeras constataciones que es recomendable realizar, se refiere a esas extrañas partes de las funciones que representan el trabajo inutil del humano. Es importante señalar que ocupan un amplio espectro en la vida del humano, y que se consideran trabajo inutil, puesto que consumen una grán cantidad de nuestra energía disponible, y no nos aportan ningún beneficio por lo que se refiere a nuestro desarrollo. Podemos iniciar nuestro trabajo sobre nosotros mismos, constatando la enorme y variada cantidad de tensiones musculares que aplicamos en diferentes partes de nuestro cuerpo, completamente sin necesidad alguna. Es importante detectar una a una las tensiones que observemos, y soltar la tensión en lo posible, sabiendo que son inútiles, muchas veces hasta perjudiciales, y gastan una enorme cantidad de nuestra energía disponible. Les recomiendo empezar esta serie de observaciones, eminéntemente prácticas, con los gestos de nuestra cara. Hacemos una cantidad de gestos no necesarios, que ademas de modificar nuestras expresiones naturales, propician las arrugas y el maltrato de nuestra piel. Observen como al levantar algun objeto pesado, nos ayudamos con nuestra lengua y nuestras cejas, como si éstas incrementaran nuestra fuerza. Son muy frecuentes las tensiones en los hombros, como si estuviéramos cargando un gran peso imaginario. Y así podemos continuar en nuestras observaciones de nosotros mismos, constatando y tratando de eliminar las tensiones inutiles al caminar, al sentarnos, al escribir. Cada uno de nosotros puede hacer el esfuerzo de observarse y detectar las tensiones inutiles que encuentre, al tratar de ver algo a la distancia, al protegernos del sol, al entrar y salir de un recinto al o del exterior, al hablar con otra persona. Y permítanme recalcar lo importante y rico en constataciones que encontraremos en ese hecho de hablar. Parecería no tener nada de particular el hablar, pero para ciertas personas y muy particularmente en las que no se dan cuenta de ello, el hablar se convierte en algo problemático. Hablan constántemente, donde se encuentren y con quien se encuentren, en el trabajo, durante los viajes, con el primero que encuentran y hasta durmiendo. Parecería que no pueden dejar de hablar y si no hay nadie, se hablan a sí mismas. Esta característica de hablar por hablar, no solo debe ser observada, sino resistida lo mas posible, puesto que de no haber resistencia , los resultados de las observaciones se convierten en charla inutil. Aquí encontramos muy asociada al hablar inutil, la tendencia a la ensoñación, que ademas , debo señalarles que es uno de los obstáculos mas importantes que nos estorban y a veces impiden nuetras observaciones. Es muy característico el que al comenzar a observarnos, la principal dificultad que encontramos es la ensoñacion. Al querer observar algo, la ensoñación ocupa su lugar, se apodera de mi observación, y me olvido de seguir observando. La ensoñación es una facultad destructiva que me arrastra lejos de mis decisiones y me hace creer que me causa placer, aunque en realidad me mantiene en un mundo de fantasía y falsedad. Esta formación de sueños es la principal causa que me mantiene dormido y sin deseos de despertar, puesto que creo en mis ensueños como si fueran la realidad.
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