lunes, 13 de abril de 2009
La Parábola del Carruaje.(5)
Esta Parábola del Carruaje es muy rica en alegorias sobre la condición que guarda el comun de los humanos, previamente al inicio de un trabajo serio sobre su posible desarrollo. Lo que primero debemos hacer es observarnos, de la manera mas imparcial posible y detectar las partes y las conexiones que son descritas en la Parábola y verificar en nosotros mismos cuales son nuestras propias condiciones, tomando a la Parábola como un ''manual guía'' de nuestra situación. Es preciso que nos demos cuenta de lo importante que es para cada uno de nosotros , el aceptar el que estamos ''dormidos'', que estamos ''bebiendo'' en la taberna, que nuestra ''borrachera'' es la ensoñación, es nuestra imaginación mecánica, la que hace que creamos que tenemos las cualidades de: la unidad interior o individualidad, que tenemos la capacidad de poder ''hacer'' lo que deseamos, que poseemos un Yo unico y permanente, y que tenemos conciencia y voluntad. En la terminología de la Enseñanza, se requiere que recibamos un ''primer choque conciente'', que nos ''despierte'', que nos haga ver que mientras continuemos ''bebiendo'' ilusiones y fantasías acerca de nosotros mismos en la taberna, no podremos acercarnos, afuera de la taberna, a nuestro ''carruaje'' y a nuestro ''caballo'', y tratar de subsanar y resolver sus carencias y requerimientos. Sin embargo, es necesario un ''segundo choque conciente'', que nos permita ''subir'' nuestro nivel, al nivel que nos permita tomar el control del carruaje. Este choque involucra el que me una a mi mismo de manera que pueda reparar el carruaje, alimentar al caballo y reparar los aparejos , las riendas y todo lo que requiera nuestra atención, para integrarme en una unidad operativa y funcional. Aun que todo empieza con el ''despertar'', existen múltiples esfuerzos y trabajos que necesito realizar y posiblemente pasará mucho tiempo, antes de que logre encontrarme, sobre mi carruaje, con mi caballo a punto, y con las riendas en mis manos, y dispuesto a iniciar el viaje. Llegamos a la parte culminante de nuestra ''Parábola'', ya estamos listos para irnos, y surge la pregunta : Hacia adonde iremos ?. Es aquí en donde aparece, dentro de la caja del carruaje, el dueño de toda la unidad. Este ''dueño'' es el que sabe las direcciones y debemos seguir sus indicaciones sobre hacia donde ir. Este ''dueño'' es el real y verdadero Yo.
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