martes, 14 de abril de 2009
La Parábola del Carruaje.(6)
Las preguntas fundamentales que se hace el humano, sobre: Quien soy?, que hago aquí ?, hacia adonde me dirijo ?, se ven expresadas de manera simbólica en la Parábola que estamos tratando. Nos percatamos que la Parábola nos invita a reflexionar sobre el ''quienes somos'' y en ''donde estamos''?, y nos presenta de manera simple la separación y la desunión de nuestras funciones: la lamentable situación de nuestra función intelectual, el descuido y falta de atención que sufre nuestra función emocional, y el deplorable descuido en el que tenemos a nuestro cuerpo físico. Según la Parábola, no existe la ''unidad'' en nosotros, aun que la suponga nuestra mente, que en su condición de ''dormidos'', ebrios de ensoñaciónes y falsas imaginaciones, nos mantiene en la ''taberna'', en nuestra ''prisión''. Así mismo descubrimos que no solo es importante ''el despertar'', sino el mantenerse despierto lo suficiente para ''levantarse'', salir de la ''taberna'' y abocarse a atender en sus necesidades, tanto al caballo como al carruaje. Pero todavía es necesario resaltar una distinción muy importante: es preciso notar la diferencia que existe entre un humano cabal y completo, y un humano que está todavia en proceso de desarrollo, de evolución. Un verdadero humano posee su propio Yo,y en nuestra parábola, es el dueño del carruaje y el que ''sabe'' a donde dirigirse,y que hacer con su ''Vida''. En el segundo caso, el humano en proceso de desarrollo, el pasajero del carruaje no es sino el primer transeúnte que llega y quien, como el cliente de un ''coche taxi'', cambia con frecuencia. Podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que nuestra condición es la de un ''coche taxi'', al que se suben tantos ''clientes'' o ''Yoes''como cambios de circunstancias exteriores y de cambios de impresiones. Naturalmente que cada ''Yo'' que aparece en un momento dado, se considera como si fuera el dueño del carruaje y da sus órdenes al chofer como si lo fuera. Cuando decimos ''Yo'', se tiene la impresión de que se habla de una unidad interior, pero en realidad no es mas que un pensamiento pasajero(centro intelectual),un humor pasajero (centro emocional), o un deseo pasajero (centro instintivo-motor). Un corto tiempo posterior, lo mas probable es que exprese una opinión, o punto de vista o intereses, completamente distintos. Hemos señalado en entregas anteriores que estas combinaciones de funciones representan nuestras variables ''personalidades'', nuestras ''máscaras'' con las que nos relacionamos con las circunstancias exteriores. Existen una serie de etapas que debemos cumplir, anteriores a la aparición del ''dueño'' real, del verdadero Yo. Vamos a describir brevemente estas etapas. Primeramente tenemos que lograr un ''Yo'' observador, un ''Yo'' interesado en buscar la Unidad de funciones, un ''Yo''que acepte el reto de iniciar el proceso del despertar. Este ''Yo'' se debe reforzar hasta convertirlo en un ''administrador''de otros ''Yoes'', con los que empezará a formar un grupo de búsqueda. Conforme se consolide dicho grupo de ''Yoes'', su rítmo de aparición será mas frecuente, haciendo cada vez más intenso el trabajo sobre sí mismo. Este ''Yo''administrador, junto con su grupo, serán los encargados de reparar las deficiencias existentes del chofer, del caballo, y del carruaje y tratar de dejar la unidad completa lista para que se presente el ''Yo'' dueño finalmente. El objetivo fundamental de éste trabajo es lograr que se presente el ''Yo''verdadero. En nuestra condición presente, de ''borrachos en una taberna'', nuestra imaginación produce muchos ''Yoes'' imaginarios, escondidos detras de las máscaras de nustras personalidades. El verdadero ''Yo'', tiene unidad, sabe que hacer y como hacerlo, sabe a donde dirigir su vida, y sobre todo: esta DESPIERTO.
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