martes, 5 de mayo de 2009

La Parábola de la Prisión.

Existe en el trabajo una interesante Parábola, que reune muchos de los elementos que hemos estado manejando recientemente; se trata de la Parábola de la Prisión. Se refiere a que nos demos cuenta de nuestra situación, que es semejante a que nos encontráramos en una prisión, y condenados a muerte. Vamos a tratar de visualizar las más resaltantes características y distinciones en las que nos veríamos envueltos en esa circunstancia. Para empezar por el principio, lo que primerísimamente debemos advertir, es que estamos en una prisión, y que estamos condenados a morir. Aquí cabe analizar diferentes alternativas de decisión. La más sensata parecería ser la de querer escapar. Sin embargo, antes de estudiar esa posible determinación, me parece interesante registrar que, ante la inminencia de la muerte, el humano ha desarrollado diferentes opciones. Se han desarrollado teorías que señalan que el objetivo debe ser prepararse en esta vida (en ésta prisión) para la existencia despues de la muerte, y por tanto, se elaboran toda una serie de argumentos encaminados para convencernos de que no causemos con nuestra conducta, molestias o inconvenientes a los demás ''inquilinos de la prisión'', pretendiéndose que si nos ''portamos bien'' en ésta vida, la pasaremos bién despues de la muerte; dependería ésto de que procuráramos cumplir con Las Leyes y Los Mandamientos que previamente nos sean propuestos. Naturalmente para cumplir éste objetivo, debo ajustar mi conducta a los ''reglamentos de la prisión'', y portarme ''bién'' o pagar mis ''herrores'', todo ésto después de la muerte. Otras teorías señalan que lo que debo hacer es tratar de vivir de la mejor forma posible y a mi alcance, pero siempre evitando ''desear'' lo que no tengo, para evitar el ''sufrimiento'' que me causan las carencias y las necesidades insatisfechas. Otras teorías llegan hasta afirmar que la muerte ''no existe'', y que no debemos preocuparnos más por ella. Incluso existen otras propuestas que señalan que no debo preocuparme, puesto que hay varias vidas (reencarnación), y que lo que no hice en una vida, lo subsanaré en otra. O sea que tengo varias oportunidades para aprender a ''portarme bien'', o para saldar mis deudas si me ''porte mal''. Pero como bién decía, son teorías, y por lo tanto pueden ser ciertas, como pueden ser erróneas. De lo que sí puedo estar seguro es de lo que me pasa, y ésto es que estoy prisionero y condenado a muerte. Vale la pena que revise y conozca donde me encuentro. Revisar el entorno físico que me rodea. Definir y evaluar con lo que cuento en donde estoy. Hacer un registro de lo que considero que es ''lo mío''. Reconocer el lugar donde habito. Examinar mis rutinas diarias y verificar si tengo ''rituales''. Confirmar si tengo compañeros de ''prisión'' y que tan agusto o a disgusto se encuentran. Localizar los compañeros rijosos , los colaboradores, y los que ''solo desean pasarla bien''. La siguiente pregunta sería: Es posible que se forme un equipo para tratar de escapar de la prisión? Que se requerirá, además de una organización, para alcanzar la meta de liberarse de la prisión, y lo más importante, liberarse de la muerte?

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