martes, 3 de noviembre de 2009

Ley de Siete o de la Octava.( 3 ).

Hasta ahora he presentado los Principios de Discontinuidad de las Vibraciones y el Principio de Desviación de Fuerzas. En ésta ocasión me ocupare del Pricipio de la Inevitabilidad del Cambio. Este es uno de los Principios que es reconocido prácticamente por todos los estudiosos de estos temas y es aceptado como una de las constantes de nuestro Universo. Sin embargo, este Principio de la Inevitabilidad del Cambio está especialmente ligado a la Ley de la Octava y es precisamente el que explicaría o haría comprensibles , muchos de los fenómenos de nuestra vida, que sin él, permanecerían sin develar. Este Principio señala que nada en el Universo permanece estático, en el mismo lugar, y nada sigue siendo lo que originalmente fué; todo se mueve, todo se desplaza todo cambia, e inevitablemente aumenta o decrece, sube o baja, asciende o desciende, se refuerza o se debilita, se desarrolla o degenera, es decir, en general se mueve sobre la línea de una octava que, como veremos mas adelante, puede ser ascendente o descendente. Dicho de otra manera, en toda línea de desarrollo de fuerzas, se presentan cambios, que pueden ser aumentos o disminuciones, cambios ascendentes o descendentes, pero siempre moviéndose en octavas. Además, nada puede desarrollarse mientras permanezca en el mismo nivel, pero, sí puede haber descenso relativo, si todo lo demás se desarrolla. El ascenso o el descenso es la condición cósmica inevitable de toda acción. Es importante descubrir que no nos comprendemos a nosotros mismos y no comprendemos lo que pasa alrededor de nosotros, en nuestra propia circunstancia, ya sea porque no tenemos en cuenta la inevitabilidad del cambio y que siempre ocurre un descenso en nuestra vida, cuando no se presenta un ascenso, o porque tomamos el descenso como algo natural y que debe ser soportado por inevitable. Estas son las causas fundamentales de nuestras ilusiones y fantasías sobre nosotros mismos. Soñamos con que las cosas que nos suceden, si nos satisfacen, pueden permanecer largo tiempo en el mismo nivel e ignoramos que, de no darse el desarrollo, el ascenso, inevitáblemente se presentará el descenso, el decaimiento. Nunca hay que olvidar que los ascensos no son nunca mecánicos. Es imposible desarrollar algo por medios mecánicos. Es necesario siempre el esfuerzo por mantener el desarrollo, para evitar el estancamiento y el inevitable descenso. Nada puede permanecer constante; en todas partes y en todo, se da sin cesar la Oscilación del Péndulo, en todas partes y en todo, nuestra energía aumenta y luego se debilita, nuestros estados de ánimo se mejoran o se empeoran, nuestros deseos, intenciones, decisiones, todo pasa de trecho en trecho, por períodos de ascenso y descenso, de fortalecimiento y debilitamiento. El Principio de la Inevitabilidad del Cambio es lo único que permanece.

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